Drakensang es un juego de rol de hermosas gráficas, interesante mecánica de combate, pero que a la vez sufre de una pésima interfaz, que débilmente refleja el esquema Drakensang original (jugado con papel y lápiz). Y éste resulta un problema mayúsculo, considerando que constantemente estamos abriendo la hoja de atributos de nuestro protagonista. Hoja llena de información de difícil asociación.
Pero ése no es el mayor problema de este título. El mayor delito que cometieron los desarrolladores fue el crear un flujo de historia espantosamente lento. La dinámica es tan parsimoniosa que la mayor parte del tiempo nos la pasamos en la trivialidad de viajar del punto A al punto B. Además, los diálogos que forzosamente hay que entablar con los NPC, bombardean al jugador con una infinidad de texto de dudosa utilidad.
Este juego es tambien muy pero muy largo, y pocos han de tener la paciencia como para llegar finalmente a enfrentar al maléfico ojo ciclópeo.
Veredicto: Naa!
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