The Witcher 2, un juego muy ambicioso, aunque de excelente factura, eso si. Lamentablemente toda esta super-producción europea se traduce en demasiado trabajo y en una pobre retribución para el jugador.
Pareciera que en algún momento, a nuestros amigos de CD Projekt RED se les perdió el horizonte, de manera que no lograron ni un RPG, ni un juego de aventuras, sino una difusa mezcla de ambos.
Jugar a The Witcher 2 es semejante a comer un gigantesco postre de gelatina rellena con crema y más crema; pudiera parecer genial al principio, pero luego de tragar y tragar, la parte final resulta sumamente fastidiosa.
Veredicto: Mas-o-menos no-mas
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